Son casi tan numerosos y variados como sus contenidos habituales. El entendido siempre insistirá en el vaso «correcto» para una bebida en particular, pero a nosotros lo que nos importa es la bebida, de momento. Los comúnmente usados son:
Copa de cóctel
Es indispensable, elegante y debe ser bien proporcionada. Un pie lo suficientemente largo para proteger el contenido de la copa del calor de la mano y de boca amplia para poder contener, sin que se hunda demasiado, una cereza, una aceituna, una rodaja de fruta, etc. Capacidad máxima es de unos 110 c.c.
Vaso de whisky
Se utiliza para servir cualquier cóctel con hielo. También para whisky, ya que el típico vaso «old fashioned», bajo y ancho (sin estrechamiento en el centro) no es tan atractivo para tomar whisky, como el ahora tradicional vaso tallado en el que se observa un sutil y ligero estrechamiento en la mitad, lo que hace más práctico para sujetado. Capacidad, unos 170 c.c.
Vaso mediano
Es de un tamaño intermedio (largo) y sirve para varios usos, incluido el de los jaiboles (Bebidas preparadas). Capacidad, unos 225 c.c.
Vaso alto
Sirve para bebidas largas (las cuales permiten una libre elección en la cantidad de mezclador, por ejemplo: un Cuba libre). Cuanto más alto, mejor. Siempre es estrecho y a menudo con los lados perfectamente rectos. Capacidad, unos 280 c.c.
Combinación
Copa con pie para una bebida que no es ni cóctel ni trago largo. A veces se usa para un fizz (bebida en la que se utiliza hielo raspado). Capacidad: 140 a 170 c.c.
Balon
Es la copa con más diversidad de modelos, especial para vinos y aperitivos rojos. Su tamaño exige que se llene tan solo a medias (o aún menos) para poder saborear el aroma del vino. En los aperitivos rojos (servidos en copa balón) se resaltan al máximo el color y la frescura que les confieren los cubitos de hielo y la colorida rodaja de naranja que les da un especial toque de elegancia.
También puede usarse para media pinta de cerveza, aunque para ello es preferible un vaso recto. Capacidad, unos 280 c.c.
Copa de licor
Especial para aquellos fuertes y dulces, que se sirven en pequeñas cantidades. Capacidad, 25 o 50 c.c.
Catavinos
Para vino y para jerez. Copa alta y estrecha que se va sirviendo en pocas cantidades de la botella. Para un vino fino un catavinos estilizado con los bordes ligeramente lacia dentro es lo ideal, pues conserva más el aroma. Capacidad, unos 50 c.c.
Las copas muy altas sólo son pomposas; no conservan el aroma y hacen que el jerez se caliente antes de beberlo.
Las copas muy altas sólo son pomposas; no conservan el aroma y hacen que el jerez se caliente antes de beberlo.
Copa de cognac
Tradicional para el brandy o el cognac, de pie corto y bien redonda para poderla templar (modificar la temperatura) con la palma de la mano. Su boca es estrecha con el fin de que conserve el fuerte aroma del brandy. No es necesario servir el cognac en copas excesivamente grandes.
Copas de champaña
La copa tradicional es la de boca ancha, aunque la de boca estrecha es más estilizada y mantiene mejor las burbujas.
Cuando se trata de servir los cócteles de champaña, resulta más adecuada la de boca ancha.
Cuando se trata de servir los cócteles de champaña, resulta más adecuada la de boca ancha.
Copa de vino blanco
Suele tener un pie largo para que la mano no caliente el vino y es más bien alargada (de línea elegante para vinos delicados) y estrecha para conservar el frío.
Vaso de ponche
Son vasos resistentes al calor, con un soporte y con asas para poder beber licores calientes.
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